Extendiendo el concepto más allá de freír con aceite de oliva, comienzo por señalar que la fritura es uno de los métodos más antiguos de cocción de los alimentos. Es de las pocas características comunes a toda la zona mediterránea, ya sea europea, asiática o africana, e incluso para las tres religiones que se practican, cristiana, musulmana y judía.
Aunque contradiga las más arraigada tradición que afirma que la fritura “no es sana”, investigaciones recientes han demostrado que la fritura con aceite de oliva es beneficiosa para el organismo, especialmente desde el punto de vista fisiológico. Debido a esto, se ha extendido a áreas donde antes no era tan popular.
En este sentido, un motivo determinante de la diferencia entre freír con aceite de oliva y hacerlo con cualquier otro es la temperatura del aceite y la manera en que la comida se fríe. Los estudios realizados en sujetos sanos y pacientes con problemas gastroduodenales(gastritis, úlcera, el hígado y quejas biliar) han demostrado que no existe una relación entre los alimentos fritos en aceite de oliva y estas enfermedades.
Es que el aceite de oliva, consigue mantenerse estable a temperaturas mucho más elevadas que la media de los demás aceites. Por ello, cada alimento que colocamos en fritura se cocina más rápido y es mucho menor la cantidad de grasas que absorbe; sin duda este hecho sumado a que las grasas monoinsaturadas del aceite de oliva son beneficiosas, cada vez que puedas opta por freír con él.
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